Un día de suerte
A veces hay que tener suerte. Los amaneceres y atardeceres en el Chaco paraguayo son espectaculares. Estaba fotografiando un puente de madera aprovechando que tenía una linda escenografía. De repente escucho lo que parecían ser pasos de caballos sobre el puente de madera, cuando entran en escena dos jinetes, mi asombro fue que al entrar en cuadro, los dos coincidieron con los espacios libres que dejaban los arbustos. Completando así una escena teatral perfecta.